Letra de La �ltima Luna - Emmanuel
Letra de canci�n de La �ltima Luna de Emmanuel lyrics
La s�ptima luna
era aquella del Luna Park
el crep�sculo avanzaba
de la feria al bar
mientras tanto el �ngel Santo blasfemaba
la poluci�n que respiraba
musculoso pero fr�gil.
Pobre �ngel, pobres alas.
La sexta luna
era el alma de un desgraciado
que maldec�a el haber nacido,
pero sonre�a.
Cuatro noches sin haber cenado
con las manos, con las manos,
manchadas de carb�n.
Tocaba el pecho una se�ora
y manchaba y re�a
crey�ndose el patr�n.
La quinta luna
daba tanto miedo
era la cabeza de una dama
que sintiendo la muerte cercana
al billar jugaba.
Era grande y elegante,
no era joven, no era vieja
tal vez enferma
seguramente estaba enferma
porque sangraba un poco por la oreja.
La cuarta luna
era una cuerda de prisioneros
que caminando, segu�a los rieles
de un tren viejo.
Ten�a los pies ensangrentados
y las manos, y las manos, y las manos
https://www.coveralia.com/letras/la-ultima-luna-emmanuel.php
sin sus guantes,
pero no te alarmes
el cielo est� sereno
y no hay bastantes prisioneros.
La tercera luna
salieron todos a buscarla
era, era as� de grande
que m�s de uno pens� en el Padre Eterno.
Se secaron las risas,
se fundieron las luces
y comenz� el infierno,
la gente huy� a su casa
porque por una noche
regres� el invierno.
La segunda luna
el p�nico sembr� entre los gitanos
hubo alguno que incluso
se amputo un dedo.
Otros fueron hacia el banco
a hacer alguna operaci�n
pero qu� confusi�n
la mayor parte de ellos
con sus hijos y sus perros
corrieron a la estaci�n.
La ultima luna
la vio s�lo un reci�n nacido
con ojos negros, profundos, redondos
y no lloraba
con grandes alas tom� la luna
entre sus manos, entre sus manos.
Sali� volando por la ventana
era el hombre del ma�ana.
Sali� volando por la ventana...
era aquella del Luna Park
el crep�sculo avanzaba
de la feria al bar
mientras tanto el �ngel Santo blasfemaba
la poluci�n que respiraba
musculoso pero fr�gil.
Pobre �ngel, pobres alas.
La sexta luna
era el alma de un desgraciado
que maldec�a el haber nacido,
pero sonre�a.
Cuatro noches sin haber cenado
con las manos, con las manos,
manchadas de carb�n.
Tocaba el pecho una se�ora
y manchaba y re�a
crey�ndose el patr�n.
La quinta luna
daba tanto miedo
era la cabeza de una dama
que sintiendo la muerte cercana
al billar jugaba.
Era grande y elegante,
no era joven, no era vieja
tal vez enferma
seguramente estaba enferma
porque sangraba un poco por la oreja.
La cuarta luna
era una cuerda de prisioneros
que caminando, segu�a los rieles
de un tren viejo.
Ten�a los pies ensangrentados
y las manos, y las manos, y las manos
https://www.coveralia.com/letras/la-ultima-luna-emmanuel.php
sin sus guantes,
pero no te alarmes
el cielo est� sereno
y no hay bastantes prisioneros.
La tercera luna
salieron todos a buscarla
era, era as� de grande
que m�s de uno pens� en el Padre Eterno.
Se secaron las risas,
se fundieron las luces
y comenz� el infierno,
la gente huy� a su casa
porque por una noche
regres� el invierno.
La segunda luna
el p�nico sembr� entre los gitanos
hubo alguno que incluso
se amputo un dedo.
Otros fueron hacia el banco
a hacer alguna operaci�n
pero qu� confusi�n
la mayor parte de ellos
con sus hijos y sus perros
corrieron a la estaci�n.
La ultima luna
la vio s�lo un reci�n nacido
con ojos negros, profundos, redondos
y no lloraba
con grandes alas tom� la luna
entre sus manos, entre sus manos.
Sali� volando por la ventana
era el hombre del ma�ana.
Sali� volando por la ventana...
