Letra de La Mujer Del Lago Azul - Raphael
Letra de canci�n de La Mujer Del Lago Azul de Raphael lyrics
Ella es as�,
ella es as�,
vuelve siempre a sucumbir.
En el Lago Azul estaba
deshojando margaritas
y jug�ndose a una carta
Si la muerte, si la vida...
Y la quise disuadir
con la variedad de verdes,
con las hojas que se mueven
al capricho de la brisa
plateadas por el sol.
Terminamos viendo cine,
compartiendo nuestro aliento
y entre beso, beso y beso,
palomitas de ma�z...
Ya no hablamos m�s del lago
ni de aquellas margaritas,
fue aferr�ndose a la vida
y volviendo a sonre�r
y volviendo a sonre�r
y volviendo a sonre�r.
Ya en mi hogar revolotea,
es mi amiga, compa�era,
mi amuleto de la suerte,
talism�n, mi buena estrella,
mi alegr�a, mi adicci�n...
Yo su agua calentita
En las noches fr�as de invierno;
Yo su apoyo, su pa�uelo,
Su cobija, su edred�n.
Pero nunca se le olvida
que es juguete de la vida
y sin m�s desaparece
y se me enreda por ah�
con cualquiera que la mira,
con la voz que la enamora
y en su noche blanca y loca
vuelve siempre a sucumbir,
vuelve siempre a sucumbir,
https://www.coveralia.com/letras/la-mujer-del-lago-azul-raphael.php
vuelve siempre a sucumbir.
Ella es as�,
ella es as�,
vuelve siempre a sucumbir,
vuelve siempre a sucumbir.
Ella es as�,
ella es as�,
vuelve siempre a sucumbir.
...Y aparece una ma�ana
de volar desenga�ada;
piel ajada, piel sin brillo,
un despojo sin sentido,
arco iris sin color...
Y le curo las heridas
de su alma con mi vida,
aunque s� que es su destino,
que no tiene soluci�n.
Pero nunca se le olvida
que es juguete de la vida
y sin m�s desaparece
y se me enreda por ah�
con cualquiera que la mira,
con la voz que la enamora
y en su noche blanca y loca
vuelve siempre a sucumbir,
vuelve siempre a sucumbir,
vuelve siempre a sucumbir.
Ella es as�,
ella es as�,
vuelve siempre a sucumbir,
vuelve siempre a sucumbir.
Ella es as�,
ella es as�,
vuelve siempre a sucumbir,
vuelve siempre a sucumbir.
ella es as�,
vuelve siempre a sucumbir.
En el Lago Azul estaba
deshojando margaritas
y jug�ndose a una carta
Si la muerte, si la vida...
Y la quise disuadir
con la variedad de verdes,
con las hojas que se mueven
al capricho de la brisa
plateadas por el sol.
Terminamos viendo cine,
compartiendo nuestro aliento
y entre beso, beso y beso,
palomitas de ma�z...
Ya no hablamos m�s del lago
ni de aquellas margaritas,
fue aferr�ndose a la vida
y volviendo a sonre�r
y volviendo a sonre�r
y volviendo a sonre�r.
Ya en mi hogar revolotea,
es mi amiga, compa�era,
mi amuleto de la suerte,
talism�n, mi buena estrella,
mi alegr�a, mi adicci�n...
Yo su agua calentita
En las noches fr�as de invierno;
Yo su apoyo, su pa�uelo,
Su cobija, su edred�n.
Pero nunca se le olvida
que es juguete de la vida
y sin m�s desaparece
y se me enreda por ah�
con cualquiera que la mira,
con la voz que la enamora
y en su noche blanca y loca
vuelve siempre a sucumbir,
vuelve siempre a sucumbir,
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vuelve siempre a sucumbir.
Ella es as�,
ella es as�,
vuelve siempre a sucumbir,
vuelve siempre a sucumbir.
Ella es as�,
ella es as�,
vuelve siempre a sucumbir.
...Y aparece una ma�ana
de volar desenga�ada;
piel ajada, piel sin brillo,
un despojo sin sentido,
arco iris sin color...
Y le curo las heridas
de su alma con mi vida,
aunque s� que es su destino,
que no tiene soluci�n.
Pero nunca se le olvida
que es juguete de la vida
y sin m�s desaparece
y se me enreda por ah�
con cualquiera que la mira,
con la voz que la enamora
y en su noche blanca y loca
vuelve siempre a sucumbir,
vuelve siempre a sucumbir,
vuelve siempre a sucumbir.
Ella es as�,
ella es as�,
vuelve siempre a sucumbir,
vuelve siempre a sucumbir.
Ella es as�,
ella es as�,
vuelve siempre a sucumbir,
vuelve siempre a sucumbir.