Letra de De Ra�z - Bocanada
Letra de canci�n de De Ra�z de Bocanada lyrics
Pide lo que quieras madre que ya te lo traigo,
las mononas de tu pueblecito blanco, el jazm�n y el olivar,
el mandil de recoger los lamparones de llenar los platos,
la receta para la sonrisa eterna cuando se endurece el pan.
El "vaya usted con Dios" con mil surcos en la cara,
la alcayata que sujetar� las plantas que nunca se secar�n.
Desmontaremos el andamio
con calderos para comernos los a�os
en el mismo tren.
Que eres cepa en la que cuelgan nuestras manos
y la nana del que no quiso crecer.
Pon agua en el cuenco para la mano que moja el carrizo,
pon de la garganta los pellizcos que dan brillo al almirez.
Eres todo lo que has dado y a tu lado te sobran motivos,
qu� suerte, ay, qui�n pudiera ser tan fuerte, igual que el pap� Jos�.
La que limpia las mejillas con saliva y hasta las manchas del alma,
https://www.coveralia.com/letras/de-raiz-bocanada.php
la del hilo que zurce los descosidos de cualquier amanecer.
Desmontaremos el andamio
con calderos para comernos los a�os
en el mismo tren.
Que eres cepa en la que cuelgan nuestras manos
y la nana del que no quiso crecer.
Nos escuchar�n bien fuerte,
que todav�a queda cuerda,
hasta en el cerro en el que est� la se�ora,
la que volver�s a ver.
Desmontaremos el andamio
con calderos para comernos los a�os
en el mismo tren.
Que eres cepa en la que cuelgan nuestras manos
y la nana del que no quiso crecer.
las mononas de tu pueblecito blanco, el jazm�n y el olivar,
el mandil de recoger los lamparones de llenar los platos,
la receta para la sonrisa eterna cuando se endurece el pan.
El "vaya usted con Dios" con mil surcos en la cara,
la alcayata que sujetar� las plantas que nunca se secar�n.
Desmontaremos el andamio
con calderos para comernos los a�os
en el mismo tren.
Que eres cepa en la que cuelgan nuestras manos
y la nana del que no quiso crecer.
Pon agua en el cuenco para la mano que moja el carrizo,
pon de la garganta los pellizcos que dan brillo al almirez.
Eres todo lo que has dado y a tu lado te sobran motivos,
qu� suerte, ay, qui�n pudiera ser tan fuerte, igual que el pap� Jos�.
La que limpia las mejillas con saliva y hasta las manchas del alma,
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la del hilo que zurce los descosidos de cualquier amanecer.
Desmontaremos el andamio
con calderos para comernos los a�os
en el mismo tren.
Que eres cepa en la que cuelgan nuestras manos
y la nana del que no quiso crecer.
Nos escuchar�n bien fuerte,
que todav�a queda cuerda,
hasta en el cerro en el que est� la se�ora,
la que volver�s a ver.
Desmontaremos el andamio
con calderos para comernos los a�os
en el mismo tren.
Que eres cepa en la que cuelgan nuestras manos
y la nana del que no quiso crecer.
